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martes, 9 de abril de 2013

UNA LINEA DE TRABAJO DISTINTA . FRANCISCO SEIRULO



El deporte en este siglo se ha centrado para su optimización en mejorar los procesos de
enseñanza de los individuos que hacían deporte, y una vez que ese individuo practica
deporte de alto nivel, mejorar su rendimiento.

Destacar que en el pensamiento conductista nunca se han llegado a aproximar a través de la experiencia a la realidad de competición de los  deportes de equipo, deportes donde hay una  gran interacción, un espacio compartido y  una participación simultánea de dos equipos.


Las teorías conductistas y mecanicistas con las que nos basábamos en el pasado, son muy válidas para los individuos y para los sistemas lineales, pero no son válidas para los sistemas no lineales de seres vivos y en el fútbol intentamos que haya individuos que construyan juego.

Un proceso lineal es aquel en el que el sujeto se ve abocado a una serie de tareas
para concluir en un determinado lugar, y este otro individuo que está a su lado, está en
esa misma posición inicial, y se entiende que es la misma posición inicial y desarrolla
unas situaciones y unas tareas muy parecidas, viéndose abocado a casi esa misma
situación final. La teoría es fundamentalmente el pensamiento sistémico, la teoría de los
sistemas.

Los sistemas no lineales se fundamentan en situaciones sucesivas de no  equilibrio que se resuelven con una determinada tendencia en cada uno de nosotros en  función de nuestra historia anterior. Eso  es lo que nos da el cognitivismo y el  estructuralismo, apoyado por estas ciencias. Esto es lo que tenemos que estudiar para
los deportes colectivos.


Los cracks son aquellos individuos que hacen cosas imprevisibles porque están
en un punto de desequilibrio y precisamente por no haber sido sometidos a los procesos
lineales con los que se entrena, no se le ha destruido esa capacidad para responder como
un sistema abierto, no lineal.


Pero creemos que el gran error no sólo es la linealidad o la no-linealidad de los
deportes individuales o colectivos, sino que el  gran error ha sido basarse en la exigencia
que presentaba en cada momento la competición deportiva, y siempre se ha construido
al jugador para satisfacer esas necesidades.


Por lo tanto en general tenemos que plantear situaciones simuladoras que no son físico-técnico-tácticas, sino con el soporte prioritario de una de las determinadas estructuras (podamos concluir con la interacción entre todas esas, no  la física con la técnica, sino la física de  prioridad a la coordinativa (soporte de la técnica) la cognitiva (soporte de lo táctico), socio emotivo (interacción con las demás situaciones)

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