Edgar Marín (pensamiento complejo) comenta: “Lo que enseña a
aprender, eso el método. No aporto el método, parto a la búsqueda del método. No
parto con método. Parto con la voluntad de no ceder a modelos fundamentales del
pensamiento simplificante: idealizar, racionalizar, normalizar”
Lo que Marín nos quiere decir, es que el método va construyéndose
conforme a las características naturales de los jugadores y no al revés. ¿Te
suena la siguiente situación?: llega el momento de preparar la sesión, buscas
un objetivo a trabajar y para que ese objetivo aparezca en la tarea, se te
ocurren cientos de reglas de provocación. Seguramente muchos de nosotros nos
hayamos sentido retratados en mayor o menor medida ante esta situación.
¿Qué provocamos ante esa hermeticidad de las reglas de
provocación? Jugadores/as preocupados en no infringir las normas de la tarea,
acciones supeditadas por el entrenador que quizás ellos la resolverían de otra
manera porque sienten el fútbol de otra forma diferente. “Cinco pases para conseguir un punto” “Tienen que tocarla los dos
comodines de banda para poder finalizar”.
¿Se imaginan estas reglas de provocación a Cristiano
Ronaldo, Di María, Callejón…? Estaríamos desnaturalizando a los jugadores,
menospreciando sus cualidades, dotadas de total velocidad en sus acciones y
ansias de terminar la acción con una velocidad pasmosa.
Todo esto no niega que existen determinadas normas que hacen
que puedan ocurrir ciertas cosas en las que nos gustaría incidir, pero no
debemos abusar de ellas,” hay que intentar una orientación hacia un
entrenamiento pensado desde las mezclas entre jugadores para apoderarse de
distintas competencias, siendo el entrenador, en dicha práctica, un elemento
que devuelve la información que recibe de lo que emerge de sus futbolistas”.
(Oscar Cano, juego de posición FC. Barcelona).
El ideal es jugar, sin obstáculos, sin restricciones que
desnaturalicen el juego y confundan a nuestros jugadores, dando lugar a un “desentrenamiento
“del entrenamiento. El método no parte del entrenador, parte de las relaciones
entre los jugadores. Es importante tener en cuenta que el principal motor del
movimiento es la motivación, y si presentamos a los jugadores/as tareas, las
cuales, no sienten, difícilmente saquemos el mejor juego de nuestros futbolistas.
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